Te sigo
y no se porqué.
Quizás por la costumbre.
por el miedo a perderme,
no tener que me alumbre
y volverme así inerte.
Te sigo
y no se porqué.
Quizas por la esperanza
de que cambien las tornas,
recibir tu mirada.
De que el alma se encoja.
Te sigo
y no sé porqué.
Quizás con el coraje
pueda tener la fuerza
para emprender el viaje
que haga que crezca.
Te seguía
pero me marché.
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