Solo, nadie me aguarda.
Condenado a nunca amar,
me hallo sin esperanza.
Viviendo sin mañana.
Acabado,
aguantando malas rachas.
Demacrado,
De derrotas sin batalla.
Mas sabiendo que algún día
tranquilo me encontraría.
Ya sea porque moriría
o porque el amor encontraría.
Esta es la filosofía.
Por mucho que caiga
un hombre no se rendiría,
hasta que llegase el día
en el que ganaría o perecería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario