Otra en borrador

Y cantaré canciones
a ese viejo reloj
que, entre los cajones,
no cesaba en su son.

Al tiempo de leones,
de furia, de pasión,
de fieros corazones
amando sin perdón.

Y ahora todos piensan
que todo acabará,
actuan sin pensar.
Lo mejor esta al final

Y le cantaré canciones
a ese viejo reloj
que, nuevas ilusiones,
reanudarán su son.

Al tiempo de funciones
cuyo limite llegó
rebasando emociones
que nadie comprendió.

Mañana de enero.

Cuando es más fácil escribir por algo que ya pasó que por algo que no viene

Como una mañana de frío invernal
en el corazón del verano.
Con nubes blancas como pañuelos,
sacudiéndose con tristes manos.
Una amarga despedida de estación
tras el beso de dos enamorados.
Así canta mi humilde sonata
llorando la ausencia de tus brazos,
de tu mimos, besos, caricias
y esa sonrisa tuya de labio inclinado,
portadora de tan cálido fuego.
Portadora de mi sueño anhelado.